Empresarios lectores

Phil Knight, fundador de Nike, tenía detrás de su despacho una enorme biblioteca con libros de historia, arte y poesía del más alto nivel. Steven P. Jobs, creador de Apple, es ferviente admirador de Wiliam Blake; Michael Moritz, que amasó una fortuna de 1500 millones de dólares a través de Google, YouTube, Yahoo! y Pay Pal, atesora miles de textos en su mansión de Area Bay. Dee Hock, que fundó Visa, diseñó una biblioteca personal de casi dos kilómetros, alojando a filósofos y novelistas como John Steinbeck. Shelly Lazarus, CEO de Ogilvy & Mather, tuvo que ampliar su casa construida en el siglo XVIII para albergar sus libros. Seguir leyendo en VENTADIRECTA·BIZ

El mirador

Empresarios y muy lectores

Jorge B. Mosqueira

 

Domingo 23 de setiembre de 2007 | Publicado en la Edición impresa de La Nación
Se abrió la caja de Pandora. The New York Times reveló que el fundador de Nike, Phil Knight, escondía detrás de su despacho una enorme biblioteca con libros de historia, arte y poesía del más alto nivel.

Steven P. Jobs, creador de Apple, confesó ser un ferviente admirador de Wiliam Blake -poeta norteamericano del siglo XIX- y Michael Moritz, que amasó una fortuna de 1500 millones de dólares a través de Google, YouTube, Yahoo! y Pay Pal, atesora miles de textos escritos sobre papel en su mansión de Area Bay. Dee Hock, que impulsó el uso de la tarjeta de crédito y fundó Visa, diseñó una biblioteca personal de casi dos kilómetros, alojando a filósofos y novelistas como John Steinbeck. Shelly Lazarus, CEO de Ogilvy & Mather, tuvo que ampliar su casa construida en el siglo XVIII para albergar sus libros.

David Leach, presidente de la American Medical Association, sintetiza: «No hay que aprender de sus mentores, sino de los mentores de sus mentores».

Los amantes de las conspiraciones apocalípticas podrían inferir que se ha diseñado un circuito de lectura perverso, donde los más grandes emprendedores acceden a los libros profundos y vastos que ofrece la literatura universal, mientras que para el resto, los de más abajo, quedan esos textos sin densidad ( Cómo hacer para ) o los cuentitos con redacciones infantiles ( ¿Quién se ha llevado mi queso? ).

BibliotecaUna observación más detallada de la distribución de temas en las librerías comprobará que jamás ha aparecido William Blake en las mesas pertenecientes al rubro empresas . Tampoco Aristóteles. Ni siquiera Los siete pilares de la sabiduría , de T. E. Lawrence, obra maestra sobre el liderazgo.

Esta segmentación equivale a generar lectores con anteojeras, con la excusa de que no hay tiempo para otros libros que no indiquen cómo funcionan las cosas. Equivale a estudiar el manual de instrucciones del nuevo equipo electrónico sin preguntarse qué significa introducirlo en la familia.

Los emprendedores grandes no caen en la trampa. Buscan sentidos y significados, abstracciones, mirando mucho más allá de sus narices y de las recetas instrumentales, que finalmente utilizarán a través de generaciones enteras de personas mucho menos ilustradas.

Tal vez sea una exageración, pero la posibilidad de que exista una literatura gerencial recortada es preocupante. Quienes tienen la responsabilidad de conducir -los que soportan el peso de su posición de dirigente- impactan fuertemente en la sociedad y en un mundo diverso, amplio, que es preciso ver, entender y reflexionar antes de transformarlo.

jmosqueira@ar.inter.net


Quienes pasan por aquí con frecuencia saben que no dejo de leer las notas de Jorge B. Mosqueira, los domingos, en La Nación – y no suelo resistirme a publicarlas aquí. También saben que me gusta la lectura, y que opino que es un hábito que debemos defender – por eso los links a libros por todos lados, desde luego).Me pareció que esta nota daba para reflexionar, por eso la subí.
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